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¿Cómo será el futuro de tus hijos?

Recientemente he leído un artículo que me ha parecido una reflexión muy sabía, y que viene a decir que, dado que es imposible predecir los acontecimientos futuros y que hay multitud de sucesos que  escapan a la tupida red de seguridad y control que tejemos alrededor de nuestros hijos, la única clave para “garantizar” que nuestros hijos tengan un “buen futuro” es en síntesis:

“[…] menos preocuparse por los hijos y más…

darles una buena formación:
que sepan distinguir el bien del mal,
que no digan que todo vale,
que no miren para otro lado ante la corrupción,
que piensen en los demás,
que sean generosos. . . .
En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran […] “

“Leopoldo Abadía Zaragoza, 1933 (autor de » La crisis Ninja «)

Para esto, solo podemos hacer una cosa, intentar inculcar a nuestros hijos desde bien pequeños, valores y principios, a sociabilizar, a crecer con confianza en sí mismos, a conocer los límites, a respetar a los demás…. y esto desde mi humilde criterio, hay que hacerlo bajo unas premisas muy, muy claras:

AMOR, LIBERTAD y RESPETO hacia los demás y hacia uno mismo.

Pero este respeto tiene que ser recíproco, no vale querer que nuestros hijos nos respeten, por el mero hecho de que “somos sus padres”, el respecto se gana, y se gana principalmente “respetando a tu hijo”, y dándole seguridad y amor.

Muchas veces he visto o escuchado, “es mi hijo y tiene que hacer lo que yo digo y punto”, y en cierta manera es cierto, estamos poniendo reglas, normas y límites, que son básicas para poder educar, pero por favor, no olvidemos que nuestros hijos son «personitas”  y que,  por el mero hecho de ser “pequeños”, no les podemos anular su total derecho a la libertad, a tomar decisiones, a equivocarse…

No me entendáis mal, cuando hablo de libertad, no estoy hablando de “dejar que el niño haga lo que quiera, cuando quiera”, hay que garantizar su seguridad, su salud, su educación… es decir,  tiene que conocer lo que significa la palabra “No”  y aprender a respetarla, pero parémonos a  analizar aquellas cosas en las que si podemos otorgarles a nuestros niños ciertas concesiones.

Si a veces dejamos que ganen “algunas batallas”, no por eso dejamos de ser mejores mamás o papás, simplemente estamos “llegando a un acuerdo” con ellos, porque  hemos «valorado su opinión”, les hemos “escuchado” y les hemos dado su pequeña dosis de “libertad”, creo que básica,  para reforzar su autoestima, y hacerles mejores personas.

Así que lo más importante,  no os agobiéis si en algún momento en los que estamos cansados, ocupados, tristes, hartos…ante la “insistencia” de nuestros hijos, después de haberles dicho mil y una veces “NO”, al final decimos “SI”.

No pasa nada, siempre y cuando eso no sea la tónica habitual.

Es importante hacer entender a los niños el significado de la palabra “NO”, pero no nos olvidemos del “SI”

 

 

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